martes, 14 de abril de 2009


Cuando mi amo me lo diga, besaré su mano,
y a sus pies saciada,
a sus pies con doble curva de cadera,
mojada por la entrega de otros falos,
a sus pies rayada en siete colas,
a seis manos enseñada y poseída
por las tres bocas mordida y disfrutada.
A sus pies,
después de darme a sus amigos y la fusta,
al ardor de mi carne, de mis pechos manoseados,
después de usada, sometida,
con el semen rezumando de los labios,
tras la loca sucesión de gozo y sangre,
a sus pies
el beso de mi boca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusta que me mandan pero nunca me voy a someter, sólo sería un juego divertido y perverso.

también me gusta estar con más de un hombre/mujer a la vez pero no por norma...si surge, perfect

es brutal este poema tuyo