sábado, 18 de abril de 2009


Estoy desnuda en otros ojos,
otras manos me sujetan las caderas,
me alimenta otra boca la garganta,
se bebe mi saliva, estrecha mis pezones.
El deseo es construido en otro cuerpo,
otro oído en erección palpa mis ansias,
me penetra y rompe otra intención,
otra voz desordenada, muerde y suda tus dominios.

Y tú
llenándote la piel de panoramas,
guardándote las citas de lujuria,
dejándome morir bajo otro peso...
Y tú, arañándote los ojos, ,
con un vaso en el lugar que es de mis nalgas,
sin tocarme acaricias mis contornos de hembra y ascuas
con la fiera decisión de no acallarme.

Sensual la noche y la cadencia,
la violenta colisión de mi espalda contra el muro,
sensual el flujo de pasión
de tu mano subiendo por mi falda,
sensual tu boca comiéndose mi aliento,
tu cuerpo contra el mío, violento de tensión,
sensual ese gemido que se escapa entre mis dientes
cuando el pecho siente el cerco ansioso de tus manos,
sensual esa farola que ilumina nuestro fuego
y esos coches que rechinan la calzada sin saber.
Sensual la acera
y el portal donde escondemos nuestras ganas de morder y devorarnos,
sensual la prisa por mezclar nuestra saliva,
el rápido juguete de unas pieles de neón,
la fuerza del deseo
por morir de pie sobre el asfalto.

martes, 14 de abril de 2009


Cuando mi amo me lo diga, besaré su mano,
y a sus pies saciada,
a sus pies con doble curva de cadera,
mojada por la entrega de otros falos,
a sus pies rayada en siete colas,
a seis manos enseñada y poseída
por las tres bocas mordida y disfrutada.
A sus pies,
después de darme a sus amigos y la fusta,
al ardor de mi carne, de mis pechos manoseados,
después de usada, sometida,
con el semen rezumando de los labios,
tras la loca sucesión de gozo y sangre,
a sus pies
el beso de mi boca.

martes, 7 de abril de 2009


Átame y piérdeme, qué digo...
ábreme a tu juego de metal y seda,
lame mi carmín, vístete de mi saliva,
qué digo...
ráyame la piel granada,
hazme de tu cuerpo entre mis piernas,
embísteme indefensa,
crúzame el deseo con tus dedos.

Átame y muérdeme la piel,
si no me rompes no harás nada que me invoque,
átame...
qué digo, piérdeme en tu cuerda y tus cadenas,
en la palma de tus manos piérdeme,
en tus noches de calor enloquecido
con el cuero de mis nalgas por la alcoba,
mis caricias maniatadas,
la sombra de mi pelo en abanicos negros,
con mi entraña amansada a tus caprichos,
mi lengua, lamiendo el fruto rojo de tus dientes.

lunes, 6 de abril de 2009



Repíteme esa historia de cadenas,
cuéntame otra vez
cómo en las yemas de tus dedos quema la soga que me guardas,
cómo vas a hacer,
para que duelan las ganas de tus besos,
y se queden heridas tus manos en mi espalda
abriéndome en la piel un sonrojo violento,
Cuéntame otra vez,
como atarás mis manos a tu cetro rey,
y amo servirás tus órdenes con hiel,
con la fruta roja y prohibida entre la carne,
con la dulce caricia en la mordaza.

Esclava ansiosa soy de tu lujuria.