lunes, 13 de enero de 2014



La bestia despierta despacio. Sintiendo la erección, que le había crecido en la noche como un duro tronco de roble, la bestia se incorpora y mira a su alrededor. En la esquina donde la dejó encadenada, ve a la mujer acurrucada sobre la paja, de espaldas a ella, mostrándole sus medias lunas. La bestia siente la presión, la llamada es clara y ella nunca reprime sus impulsos. Como un imán la bestia se avalanza sobre la durmiente apretando con ansia las dos nalgas. Abriéndolas para no errar la diana, ensarta su tronco duro, ardiente en lo mas profundo de la mujer que despierta al dolor y a los rugidos de la bestia. Las embestidas son brutales pero ella, también repleta de deseos, se une al festín de ser tomada por la fuerza, besa a la bestia en las garras y la deja gozar, mientras la goza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres Algamarina

ALEX dijo...

Hola mi amor! Que linda prosa, que excitante, cuanto erotismo, también a mí me la hiciste poner dura... que ansias de entrar dentro tuyo... Te quiero, un beso. ALEX (incubo_10@yahoo.com)
(Y gracias por visitar mi blog: mi-pene-chico-blogspot.com)