miércoles, 9 de diciembre de 2009

Game On



Una tarde cualquiera, con la rutina pegada a la cintura y los tacones repiqueteando sobre el asfalto hacia casa. Tú que asomas -sonrisa y beso breve- por la puerta de la cocina mientras tus labios disponen rápidos la información del día. Y en tanto nadas -disperso y fuera de mí- por las contingencias banales de nuestras vidas, mis ojos recelan de los tuyos, los buscan y acarician, las manos se aceleran ya hacia un contacto que saben cálido, mis labios buscan tus palabras limpias para acallarlas.

Y ya mi boca se estremece entre tus dientes y la saliva sabe a ti, blanda y móvil, saciando una sed que de pronto y por sorpresa se ha tensado en mi garganta. Y siento tu presión contra la lengua, tus manos rescatando mis cabellos del vacío, tus manos afilando mis contornos hasta las nalgas, tus manos enseñándole la fiebre a mis caderas, tus manos oprimiéndome al perfil de tus vaqueros. Y el beso se prolonga, duele el beso largo, largo y espeso que nos va incendiando.

Cíclopes de lujuria, con las frentes sosteniendo en pie las ganas contra la gravedad, derechos pero juntos, como juncos anhelándose, recorremos la caricia por los cuerpos, nos ansiamos y agitamos verticales. Y ya tus manos y las mías buscan los rincones, con la ropa desprendida a medias, el deseo se pervierte en pie y ya tus dedos buscan mi placer para saciar el tuyo, y tu boca se hace oscura y me condensa obscenidad en los oídos, y me ensucias de placer con tus palabras, desbocado y grueso: Eres una zorra caliente. Sé que te prostituirías y que el dinero que cobraras sería lo de menos. Que lo harías sólo para que los hombres te usaran como a una perra y que gozarías con ello.

Y de pie me cuentas tus historias de amos y sumisas, de entregas desmedidas, de encuentros con sátiros, fustas, vergas, amazonas, esposas, consoladores, cadenas, ojos vendados, sodomía, lluvias doradas. Y de pie, siempre de pie me aceleras el pensamiento y las entrañas, y mis piernas tiemblan tensas y entreabiertas, y el baile sabio de tus dedos eriza mi clítoris hambriento y anega mi placer de miel y sangre..

4 comentarios:

alexia {All} dijo...

Me gusta que tu relato hable de Amos y sumisas, tal vez algunos piensen que son muy Amos y están perdidamente encadenados a un vicio, el sexo...por eso ni uno, ni otras dejaran de ser Amas o sumisos, da igual su roll, lo que cuenta es dejarse llevar y disfrutarlo, no lo crees tu ?
un gran beso guapa...

Unknown dijo...

deliciosa recepción se han brindado,
creciente en el deseo como marea tu relato y el fragor hechas juego a las mas encantadoras fantasías,
besos de pie

Anónimo dijo...

Aun en prosa sigues haciendo poesía (y apreciándola en situaciones donde otros no la verían). ¡Excelente la descripción de una urgencia heridos de deseo!

Y muy buena la foto a lo Jack Vetriano. Gracias por enlazar con el autor, me parece interesante. Aunque, —¿debo decirlo?—, me gustan más las personalizadas ;-)

Una mujer dijo...

All, hay muchas personas que no son capaces de reconocerse cuando se miran al espejo porque les da vergüenza o miedo lo que ven, pero aceptarse, descubrirse es la mejor forma de empezar a disfrutarse ¿no lo crees así?

Tomasuncafé, creo que la imaginación y la palabra son los más poderosos afrodisiacos de los que disponemos, y también los más baratos ;-)

Aixó, soy poeta, algo que no puedo remediar ni cuando hablo de sexo que, por otra parte, es uno de mis temas favoritos. Me alegra que te guste la foto, Vetriano me encanta, precisamente por lo que tiene de tensión sexual en muchos de sus cuadros. Te agradezco por otra parte que elogies mis fotos amateurs, se hace lo que se puede ;-)