Cuando desde la silla donde te sientas me llamas con un dedo, te palmeas los muslos y me invitas a sentarme en ellos, me alcanza el recuerdo de la niña que fui, sentada sobre las rodillas de mi padre, que recita alegre: “Al paso, al paso, al paso”. Tomándome la cara la acercas a tu boca y la besas, despacio, dulcemente, rodeándome los labios con los tuyos, humedeciéndolos con tu lengua. Paladeas mi boca mientras tus manos se deslizan por mi cuello, mis brazos, las siento acariciando mi cintura y mis nalgas. En mi mente mi padre ríe conmigo que, nerviosa, anticipo la parte más excitante del juego; "al paso, al paso, al paso" sigue mi padre recitando. Te acercas a mis pechos, los acaricias, los pellizcas y vas liberándolos de la ropa. Me pego más a tu torso, mi sexo siente el tuyo a través de la ropa. Siempre despacio me quitas las bragas. Los dos sexos son ya uno y se mezclan con el sudor y las ganas. Me penetras. El deseo hace que mi cuerpo se mueva sobre el tuyo. Pegada a tu pecho, sintiendo tus manos calientes, me muevo ansiosa. El eco de mi padre sigue en mí, le oigo subir la voz, acelerar el ritmo -"al trote, al trote, al trote"- mientras nuestro ritmo se acelera entre jadeos. Tus manos oprimen mis caderas forzándome el movimiento, Te escucho gemir mientras yo gimo. Nuestros sexos acoplados, llenándose el uno al otro, nos apuran los latidos, ascienden por todos los poros, los nervios, nos arrincona contra el placer.
"¡Al galope, al galope, al galope!" oigo el eco de mi padre mientras río desenfrenada y brinca mi pequeño cuerpo hasta que lo siento suspendido en el aire en cada impulso de las piernas.
"¡Papá, papá, papá!" me oigo decir entrecortadamente, mientras miro tus ojos vidriosos y entornados, y me clavo a ti desbocada, y el grito de nuestro orgasmo llena la habitación.
"¡Al galope, al galope, al galope!" oigo el eco de mi padre mientras río desenfrenada y brinca mi pequeño cuerpo hasta que lo siento suspendido en el aire en cada impulso de las piernas.
"¡Papá, papá, papá!" me oigo decir entrecortadamente, mientras miro tus ojos vidriosos y entornados, y me clavo a ti desbocada, y el grito de nuestro orgasmo llena la habitación.
14 comentarios:
me congela la evidencia circular de la vida,
siempre una,
siempre la misma,
besos
Lo de al paso, al trote y al galope es genial, ya que yo tambien lo practico, pero recordar a mi padre en un momento tan intimo me cortaria todo el rollo.
Pero es hermoso que estuvieras tan unida emocionalmente a tu padre.
Besazos
Yo también jugaba a eso del trote y el galope... ahora no voy a poder evitarlo la próxima vez...
Muy bien llevadas las dos situaciones separadas en el tiempo y muy bien reflejado ese despertar de un recuerdo reprimido.
¡Es un relato breve excelente!
Bueno, bueno bien dicen algunos maestros que esto del BDSM tiene raíces profundas y casi siembre sembradas en la niñez, yo particularmente adoro cabalgar y ahora me pregunto:
sera que me trae recuerdos de la infancia? jaja no lo creo la verdad, porque ahora monto sobre un hombre que adoro haga mas cosas que solo de caballito, me atrapa ser poseída también en otra postura mas parecida al perrito, besitos de canela mujer guapa.
Cubatita nuestro que estás en el vaso, a través de la boca abrete paso. Santificados sean tus grados, vengan a nosotros tus efectos, hágase tu voluntad así en el bar como en el pub. El ciego maestro de cada noche danóslo hoy, perdona nuestras mezclas así como nosotros perdonamos al garrafón, y no nos dejes beber Buckler sin alcohol, libranos del Bitterkas, amen. FELIZ AÑO y que todos tus deseos se vean cumplidos
Besazos
Pienso que estamos hechos de pasado, Tomas, y que nuestro presente es el resultado.
Un beso.
Ay, Amor, no creas real todo lo que lees. En mi blog la realidad y la ficción se mezclan y, en este caso, aunque quiero mucho a mi padre, ni se me pasa por la cabeza cuando cabalgo, aunque la comparación surgió inevitable.
Besos.
¡Y era tan excitante de niñas como lo es ahora! ¿Verdad, Lydia?
Abrazos.
Me gusta mucho que te haya gustado tanto, Aixó, gracias por tu crítica entusiasta, debo confesarte que me costó encontrar el tempo preciso.
Un beso.
También jugamos a ser perritos de niños, y a la carretilla... ¿recuerdas, alexia? Si lo pensamos, casi todas las posturas sexuales tienen reminiscencias de la infancia, aunque ni siquiera se nos pasen por la cabeza en esos momentos que... en fin mejor disfrutarlos, sin más.
Muchos besos.
Excelente prosa de verdad excitante, y siempre genera un raro magnetismo en relacionar la palabra (sólo la palabra) madre o padre al sexo a mi por ejemplo me provoca mucho erotismo imaginarlo en otros; pero todo se derrumba cuando imagino los míos. Un abrazo y feliz 2010
Romper tabúes, Drac, en literatura es imprescindible deshacerse de las normas y echar a volar la imaginación. La originalidad se encuentra siempre en una nueva percepción de la vida y el lenguaje.
Mil besos de profundidad.
Una narración de adrenalina "in crescendo" e incesto mental para enloquecer. En Babilonia hemos ido al paso, al galope, al trote ...
Adoramos a una mujer que escribe así. Ya te seguimos, montadas en nuestros caballitos de madera (a veces usamos éstos, para jugar ...).
P.S.: Ah, sí, nuestro sumo confesor es el Padre Leonard (Cohen).
P.S. (II):
"Palabra por palabra
tuve que aprender
las imágenes
del último otro lado"
Alejandra P.
Pasaba a saludarte y a decirte que la cabalgada me sigue poniendo a 100.
Besazos inmensamente profundos
Me encantan los juegos, recordar lo que hacías de niñ@ con inocencia ahora se vuelve a repetir con otro tipo de juegos...... lo importante es siempre sentirse sorprendid@ Un besote me gusta la sensualidad del blog.Las fotos son rompedoras de tabues y mentes monjiles ....... visítame.
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